En la industria oleícola, uno de los retos más frecuentes que enfrentan los productores de aceite de maní es garantizar la calidad constante adecuada para los exigentes mercados internacionales. Muchos exportadores se preguntan: ¿cómo elevar la confianza del cliente y evitar barreras comerciales? La respuesta clave está en cumplir con los estándares globales a través de certificaciones ISO 22000 y HACCP.
El proceso comienza desde la selección rigurosa de las materias primas. Un aspecto crítico es la clasificación del maní, evitando granos dañados o con humedad excesiva que pueden favorecer la oxidación y contaminación. Luego, el proceso de extracción —especialmente mediante líneas de prensa automática— optimiza parámetros como temperatura y presión, fundamentales para preservar la calidad sensorial y nutricional del aceite.
Parámetro | Rango óptimo | Impacto en la calidad |
---|---|---|
Temperatura de prensado | 45-55 °C | Preserva antioxidantes, evita formación de compuestos indeseables |
Presión aplicada | 350-450 bar | Maximiza extracción sin degradar aceite |
Peróxidos (Peróxido valor) | < 5 meq O2/kg | Indicador clave de frescura y estabilidad |
Las técnicas tradicionales de prensado a menudo dependen de la pericia manual, haciendo difícil controlar la tolerancia en parámetros críticos, lo que puede traducirse en variaciones de calidad y riesgos sanitarios. En contraste, las líneas de prensado automáticas modernas incorporan sistemas inteligentes de control que minimizan errores humanos y garantizan repetibilidad, una ventaja que favorece la obtención y mantenimiento de certificaciones exigentes.
Ejemplo práctico:
Una planta en Sudeste Asiático, tras instalar una línea de prensado automática con control de temperatura y presión, redujo su índice de peróxido en un 30% y logró certificarse en HACCP en menos de 6 meses, incrementando su volumen de exportación hacia la Unión Europea en un 25%.
La certificación ISO 22000 integra requisitos del sistema de gestión de seguridad alimentaria, vinculando la producción con la higiene y trazabilidad. Además, HACCP (Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control) ayuda a identificar riesgos potenciales durante el proceso, desde contaminación microbiológica hasta problemas físicos o químicos.
La gestión ambiental también juega un papel decisivo: plantas ecoeficientes que minimizan residuos y emisiones no solo cumplen regulaciones locales, sino que refuerzan la percepción positiva de su marca en mercados sensibilizados con la sostenibilidad.
Normativa clave vigente:
- ISO 22000: Sistemas de gestión de inocuidad alimentaria
- Codex Alimentarius (CAC) para límites máximos de contaminantes
- FDA: Regulaciones FDA aplicables a importaciones alimentarias en EE.UU.
Empresas exportadoras que consiguen ISO 22000 y HACCP reportan mejoras significativas en la percepción de calidad por parte de clientes y autoridades sanitarias, disminuyendo devoluciones y rechazamientos en aduanas. Además, la integración de equipos automatizados con trazabilidad digital ayuda a documentar todos los procesos críticos, facilitando auditorías y comprobaciones regulatorias.
Adoptar sistemas de gestión de calidad conforme a ISO 22000 y HACCP junto con la implementación de tecnologías automáticas en la Prensa de aceite es la fórmula para destacar en mercados internacionales. La reducción de errores humanos gracias a los sistemas inteligentes y la garantía de procesos estandarizados apoyan el cumplimiento de requisitos regulatorios y elevan la confianza del comprador exterior.
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