En la producción de aceites vegetales como soja, maní o palma, la optimización del proceso de prensado combinado con filtración física es clave para maximizar la recuperación de aceite sin comprometer su calidad. Según estudios de la Universidad de Illinois en 2022, un ajuste estratégico de parámetros técnicos puede elevar el rendimiento hasta un 8–12% más alto frente a métodos tradicionales.
El comportamiento de cada grano durante el prensado varía significativamente:
| Materia prima | Rendimiento típico (%) | Temperatura óptima (°C) |
|---|---|---|
| Soja | 18–22% | 75–85 |
| Maní | 45–52% | 60–70 |
| Palma | 20–25% | 80–90 |
Estos datos muestran que no existe una fórmula única. La adaptación del proceso a las propiedades físicas de cada materia prima —como humedad, tamaño de partícula y contenido de proteínas— es fundamental para lograr un rendimiento óptimo.
“La clave está en equilibrar presión, tiempo y temperatura. Un exceso de calor puede degradar ácidos grasos esenciales, mientras que una presión insuficiente deja aceite atrapado.” — Dr. Elena Martínez, Ingeniera de Procesos Alimentarios, Instituto Tecnológico de Alimentos (ITAlim)
Aplicando estas estrategias basadas en casos reales de empresas mexicanas y colombianas:
Un caso de éxito en Chile mostró una mejora del 11.3% en rendimiento después de implementar estos cambios, con una reducción del 18% en consumo energético mensual.
La integración de ambos procesos —prensado eficiente + filtración post-proceso— no solo eleva la rentabilidad sino que también fortalece la reputación de marca al garantizar calidad constante. Esto es especialmente valioso en mercados donde los compradores europeos exigen trazabilidad y sostenibilidad.
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